El pasaje desde la plataforma web para computadoras de escritorio a la aplicación móvil para smartphones y tabletas supuso una movida magistral para ponerle el moño al sistema de entrega de comidas a domicilio elaborado por PedidosYa y terminó por catapultarlo a los principales destinos buscados en América Latina. PedidosYa y el chivito uruguayo, dos grandes buenas ideas gestadas en la Suiza del Río de la Plata, se consolidaron hoy como auténticos clásicos de los que debemos aprender, y mucho.
El sistema de delivery con soporte en línea
PedidosYa y el
chivito uruguayo –dos “grandes valores” que merecieron sendas notas en nuestro sitio– poseen, además de su calidad de
“charrúas” (apelativo cariñoso para todo lo que provenga de la República Oriental del Uruguay) un vínculo muy especial: tal vez el uno nunca habría sido posible sin el otro. La loca historia de ambos emprendimientos orientales, separados
65 años en el tiempo, es tan singular y atípica, que merece la pena conocerse. En
“El chivito…” contábamos el nacimiento del popular plato; en este caso, resumimos la evolución de
Pedidos Ya.
Desde hace algún tiempo, los centros de compras, las cadenas comerciales, grandes tiendas, súper e hipermercados, y particularmente todos aquellos minoristas que realizan comercio electrónico a través de Internet o mediante aplicaciones celulares, han incorporado al calendario de promociones argentinas al
Black Friday, un fenómeno importado sin revisar de EE.UU. que sirve a la vez para anticipar lo que sucederá con las tradicionales ventas navideñas. Para no perder la costumbre, los argentinos le dimos nuestro giro extravagante y convertimos a lo que en el Norte dura
24 horas –el viernes posterior al
Día de Acción de Gracias– en una extraña seguidilla de jornadas de extensión variable.
¿De qué manera los anunciantes, sus marcas, sus productos y sus agencias pueden obtener beneficios de los nuevos modos de interacción que permiten los medios en línea? Las maneras novedosas de distribuir contenidos pueden resultar dramáticamente más efectivas y eficientes para la publicidad y el marketing, y brindar herramientas de seguimiento y control como nunca antes estuvieron disponibles.
PedidosYa es una compañía de envío de comida a domicilio basada en la conectividad a Internet –y en particular a través de teléfonos móviles– que vincula a millones de personas en Latinoamérica con
más de 15 mil restaurantes, bares y rotiserías para que, mediante una sencilla cadena de pasos puedan encontrar, seleccionar y pedir el delivery de opciones gastronómicas a la medida de sus preferencias, de manera segura y confiable. Pedidos Ya hace historia en movimiento, aunque no todos saben cómo se inició este emprendimiento –tan uruguayo como el
chivito– que desde 2014 forma parte del gigantesco emporio alemán
Delivery Hero.
El chivito uruguayo es uno de los pocos platos que pueden atribuirse exclusivamente a la gastronomía de la Banda Orientela, un clásico ideado por casualidad sobre finales de la primera mitad del siglo 20 y vigente hasta nuestros días, cuyo nacimiento quedó registrado por la prensa de la época y oficiaría de musa insospechada para los creadores del
célebre y exitoso sistema de gestión de comidas en línea Pedidos Ya.
Cuando la agencia Leo Burnett acuñó la legendaria frase “Has recorrido un largo camino, muchacha” para el lanzamiento de la marca de cigarrillos Virginia Slims en 1968, utilizó un recurso caro a la publicidad –la hipérbole– para resaltar el “avance” en los derechos de las mujeres: un cigarrillo pensado y elaborado sólo para ellas. A décadas de la concepción de la exitosa idea (un símbolo de la creación de lealtad de consumo), la exageración de aquella licencia es notoria, y aunque el sendero de las conquistas es extenso, lo que falta para la equidad entre mujeres y hombres es todavía significativo. Para las mujeres, la otra “grieta”, la de la brecha a cerrar entre ambos géneros, está aún lejos de ser un tema superado.
La República Argentina es el único país en el mundo en el que el Día de la Madre, una celebración universalizada casi por completo, se festeja el tercer domingo de octubre. Aunque nuestro país no es la única excepción, el grueso de las naciones lo conmemora en mayo. El Día de la Madre y la publicidad son indisolubles a la hora de echarle un vistazo a la venta minorista estacional, y cobra más fuerza desde la viralización de las ventas en línea, en particular desde los dispositivos móviles.
El comercio minorista –sobre todo el argentino– afronta un enigma que no se resuelve sólo mediante la intuición o los datos crudos: ¿por qué invertir en publicidad digital si la mayoría de las ventas se da en los locales físicos? El desafío se incrementa cuando se piensa además en las nuevas estrategias de publicidad omnicanal minorista impulsadas desde todos los frentes. La punta del ovillo a desenredar está, sin embargo, en el público objetivo de los ‘retailers’: la forma en que se comportan los consumidores cambia y evoluciona con una rapidez inusitada para la cual hay que estar preparados.
Años de debates, discusiones, acusaciones y evasivas acerca de la forma –en rigor semántico– que deberían tener las modelos publicitarias y de alta costura por fin concluyeron en un acuerdo positivo –aunque discutido, claro– que se pone en práctica para protegerlas de los excesos a los que las somete una demanda despiadada. Apenas unos días antes de que Emmanuel Macron fuese consagrado para regir los destinos de Francia, un par de decretos del Ministerio de Asuntos Sociales y Salud del país galo publicados en el boletín oficial instruyen acerca de las condiciones que deben cumplirse para cuidar la salud de las trabajadoras de la pasarela y prevenirlas de la anorexia: la moda dentro de la ley.
Las nuevas formas publicitarias, frutos de un mundo tan cambiante como hiperactivo, desafían normas y regulaciones y –al mismo tiempo– ponen en cuestión la siempre indócil ética de la disciplina. Desde sus inicios, la publicidad moderna ha recurrido a estrategias diversas para conseguir la atracción, fomentar el interés, estimular el deseo e intentar mover a diferentes públicos hacia la acción, con objetivos que van desde la venta de productos y servicios, hasta la imposición de candidatos políticos, el posicionamiento de marcas, o el establecimiento de estándares de conducta, en un espectro ilimitado de ámbitos y metas. El progreso y los avances tecnológicos hacen posibles migraciones aún más innovadoras, para las que surge la duda recurrente: ¿hasta dónde es lícito avanzar, y cuándo las iniciativas constituyen un retroceso moral?
Uber molesta. La era inaugurada con la telefonía móvil, Internet y la expansión fragorosa de dispositivos y tecnologías digitales provistos de cierta inteligencia artificial revolucionó a todas las formas de hacer negocios a escala global: industrias tradicionales y muy afianzadas tuvieron que reformular su modelo de funcionamiento para adaptarse y no desaparecer; las grandes compañías cinematográficas, editoriales, discográficas, las cadenas de radio y TV, los diarios, se encontraron de pronto con la disyuntiva de cambiar o desmoronarse por implosión. De la mano de Uber, esta tendencia también llegó al transporte urbano, y desató una guerra que inevitablemente dejará secuelas en el largo plazo.
Generación X, Generación Y, Generación Z, tres caras de un universo vasto y dominante con el que anunciantes, medios y especialistas no saben muy bien qué hacer. Acuñados en su origen durante el apogeo de la generación de los Baby Boomers, muchos de los GX son padres de GY, los que a su vez tienen vástagos entre los GZ, en un mundo que se ha globalizado en la misma medida en que se ha vuelto más individual, aunque menos privado.
Aunque las clasificaciones son tan difusas como las características de los individuos a los que pretenden encasillar, se conoce popularmente como “Generación X, Generación Y, Generación Z” al rango de personas nacidas –respectivemente– entre 1966 y 1980, 1981 y 1995, 1996 y 2010, es decir, a las generaciones que sucedieron a quienes se denominó en su momento los Baby Boomers (1951 a 1965, llamados así por la extraordinaria cantidad de concepciones posterior a la Segunda Guerra Mundial), hoy en franco pasaje a retiro. Pero, ¿por qué nos interesan en particular estas 3 generaciones tan lábiles como diversas?
Durante los días 23, 24 y 25 de noviembre de 2016 se realizó en Santa Fe de la Vera Cruz la 21 Cumbre de Mercociudades, con el lema “Construcción de Sociedades Resilientes en el marco de la Integración Regional”. El encuentro es el acontecimiento anual más importante de la Red de Mercociudades, en cuyo marco se desarrolla la Asamblea General. Mercociudades es la principal Red de gobiernos locales del Mercosur y un referente destacado de los procesos de integración a escala supranacional.
La distinción entre Black Friday, Cyber Monday y Black Weekend es cada vez más irrelevante, ya porque su naturaleza y aplicación se han distorsionado hasta lo impensable, ya porque las compras en línea –sobre todo las que se realizan a través de dispositivos móviles– se corren con fuerza hacia las fiestas navideñas, que roban para sí una porción cada vez más grande de la torta.
Las notificaciones push son mensajes que “emergen” desde hace algún tiempo en las pantallas de los dispositivos móviles cada vez que tiene lugar un evento que el usuario ha decidido que es importante para él –la gama es tan amplia que puede incluir información útil sobre el tránsito, el estado del tiempo, noticias de los medios, o interacción social– pero 2016 se ha presentado como el año en que comenzaron a hacerse ubicuas las notificaciones push individualizadas, un tipo más inteligente de alertas que mejoran en mucho la experiencia del usuario.
Bidú Cola fue la marca comercial –hoy desaparecida del mercado– de una gaseosa nacida en Argentina que tuvo gran notoriedad nacional y una expansión importante en América del Sur durante los años del período que va entre 1940 y 1970. “La Bidú” además de “refrescar y deleitar” a millones de argentinos por décadas, dejó una huella imborrable en los corazones de las generaciones sucesivas que gozaron de la singular bebida cola.
Donald Trump, campeón de la descortesía, dicen quienes estudian sus facetas públicas, no es un simplón: sólo es un hombre instruido que se expresa como mentecato para conseguir lo que quiere. El magnate –cuyo apellido puede traducirse tanto “triunfo” como “flatulencia”– que se popularizó a escala global a través del reality show de la cadena NBC “The Apprentice” y desde el 21 de julio de 2016 es candidato presidencial por el Partido Republicano en EE.UU., se resiste a las palabras con demasiadas sílabas, a las oraciones complejas y a todo lo que pueda contrariar a su fluidez verbal en una entrevista, en una conferencia de prensa, o en un debate.
Lejos de imaginar lo que estaba a punto de suceder el 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón esperaba arribar a las tierras del Gran Kan en busca de especias luego de pasar por Cipango (hoy Japón), y para eso debió desplegar una estrategia de convencimiento dirigida a los eventuales sponsors de una empresa a todas luces descabellada: encarar una ruta completamente contraria al sentido común del momento. El “marketing para descubrir América” (aunque el fin no fuese ése), en una época que siquiera vislumbraba a la publicidad, parece un buen ejemplo para estudiar algunas de las tácticas elementales que debería manejar cualquier entrepreneur al momento de conseguir inversionistas que lo patrocinen.
En el pasado –y aún en el presente– las compañías tabacaleras han afrontado juicios millonarios por su responsabilidad en las consecuencias que provoca el hábito de fumar, tanto sobre fumadores activos como pasivos; pero, ¿qué sucede con las desarrolladoras de tecnología de punta y los malos hábitos de los usuarios? ¿Hasta dónde llega la RSE tecnológica, por ejemplo, en los innumerables casos de accidentes de tránsito provocados por el uso de los teléfonos celulares cuando es peligroso y no corresponde?
Los militantes de los diferentes movimientos que en todas partes se alzan contra la cosificación de la mujer (aunque también del niño y del hombre) han levantado su voz en las redes sociales y en toda clase de foros para censurar a las últimas imágenes promocionales de la casa de moda Calvin Klein –compiladas bajo la etiqueta (hashtag) #mycalvins– que desataron la polémica en los medios de todo el mundo, en especial por la sexualidad explícita de las fotografías y la utilización de modelos jóvenes en extremo. Atracción, escándalo, innovación y desparpajo, tal la fórmula de campaña para posicionar a la marca en el centro del interés del público. El 7 miércoles de agosto de 1918, Salvador Caputto (hasta pocos días antes director del diario “La Palabra”, editado entre 1915 y 1918) inició la publicación del diario “El Litoral” en el solar de calle Comercio (San Martín) de la ciudad de Santa Fe. Apenas 2 años después, en 1920, Pedro Vittori, último administrador de “La Palabra”, se integró de lleno al emprendimiento.
A la hora de realizar una compra, contratar un servicio o hasta quizás, elegir un destino donde disfrutar de unas placenteras vacaciones, casi siempre recurrimos a la opinión o el asesoramiento de alguien de confianza. En los entornos virtuales, esta idea se mantiene siempre muy presente: es que con la llegada de la web 2.0 se abrió un panorama en el que la opinión de cualquier usuario puede generar una corriente de comentarios que, muchas veces son más efectivos y concretos que cualquier tipo de publicidad. Éste es el terreno fértil para el influencer.
El marketing digital aquí y ahora es una herramienta fundamental para el sostenimiento del éxito de las empresas en esta era en la que la palabra marketing está indisolublemente ligada al compromiso: la promoción de marcas, productos y servicios en línea –en particular a través de las aplicaciones móviles en el complejo panorama de los negocios– se ha convertido rápidamente en un espacio de subastas en el que pierde aquel que no pone los pies sobre el plato.
La imagen de mujer ha sido desde los inicios de la publicidad un componente clave en todo tipo de campañas, ya sean dirigidas a los hombres, a las otras mujeres, al público infantil y, muchas veces, con absoluta independencia del producto; así, aparece ubicua en anuncios que abarcan desde los automóviles hasta los alimentos dietéticos, con un poder de atracción encantador insustituible. Claro que los tiempos cambian, y los cánones mediante los que se escoge a las modelos publicitarias han sufrido alteraciones radicales a la luz de los nuevos papeles que desempeñan las mujeres en las sociedades del siglo 21.
Twitter, la red social donde los mensajes que lanzan los usuarios a la línea de tiempo no pueden exceder los 140 caracteres (alguna vez denominada microblog para habilidosos del idioma), parece encerrada en su propio laberinto financiero mientras no encuentra la manera de salir del estancamiento en el que está sumida desde hace rato, al tiempo que acumula, en tan sólo 10 años de vida, pérdidas que superan los US$ 2 mil millones; poco, si se considera a la base –declarada– de 320 millones de usuarios a razón de 65 millones de tuits (tweets) por día; mucho, si se tiene en cuenta la corta existencia de la idea.
En diciembre de 2015 se anunció la suspensión de
Mailbox, una muy difundida aplicación
(app) de gestión de correo electrónico para celulares y computadoras, para el 26 de febrero de 2016. Aunque limitada para los servicios de
Gmail (Google) y
iCloud (Apple), Mailbox tuvo muy buena acogida entre los usuarios del servicio de alojamiento remoto
Dropbox, que la ofreció de manera gratuita como parte de un paquete promocional que incluía más espacio para quienes la usaran.
El calendario Pirelli es, desde hace más de 50 años una marca registrada por mostrar en sus láminas exclusivas a las mujeres más bellas, turgentes y excitantes de cada época, en ediciones anuales cuidadas con el objetivo de lograr un impacto visual perturbador en el público masculino. Sin embargo, en la edición 2016 la imagen del mítico almanaque parece dar un vuelco rotundo hacia el fin de la consideración de la mujer como un mero objeto.
En épocas de revoluciones y cambios en la comunicación, este 4 de diciembre en Veronese Producciones · Publicidad Integral celebramos el Día Mundial de la Publicidad con expectativas y, por qué no decirlo, con esa saludable incertidumbre que siempre acompaña a la creatividad.