Las buenas noticias para los creadores de todo tipo de contenidos digitales son que los Millennials están dispuestos a pagar por los servicios de producción en general, pero las malas noticias, periodistas, son que para los jóvenes de hoy las cosas buenas son sólo aquellas que ellos reconocen como “contenidos premium”, y la información periodística tiene muy mala prensa entre la Generación Y.
Según los datos que manejan los grandes jugadores de la Red, provistos por relevamientos del Foro Económico Mundial (WEF), entre todos los usuarios frecuentes de medios digitales, la mitad (50,4%) de los que conocemos como Millennials o Generación Y –nacidos durante las décadas de 1985 y 2004– dice estar dispuesta a pagar por servicios de provisión de contenidos en línea.
Sin embargo, los miembros de esta discutida generación que lidera la capacidad de consumo (y de decisión de consumo) reducen su demanda a lo que denominan “contenidos de entretenimiento premium», verbigracia: Netflix, Spotify y juegos en línea (potenciados por el avance de la Realidad Aumentada).
“La Generación Y ve al Cambio Climático, a los Conflictos de Gran Escala y a la Desigualdad Socioeconómica como los mayores desafíos que debe enfrentar la Humanidad.
El entretenimiento digital de primera calidad –dice el informe del WEF– es el tipo de contenido pago más atractivo, si no único, para los Millennials.
Significativamente muchos menos jóvenes (alrededor del 30%) pagan por contenidos educativos (como cursos de aprendizaje en línea y servicios de promoción profesional como anuncios de trabajo pagos) y demasiado pocos demuestran algún interés por las noticias de actualidad.
La Generación Y ve al Cambio Climático, a los Conflictos de Gran Escala y a la Desigualdad Socioeconómica como los mayores desafíos que debe enfrentar la Humanidad.
Las fuertes presiones de la política y de las empresas sobre los medios tradicionales, y la formidable dependencia que éstos tiene de los ingresos publicitarios, hacen sospechar a los jóvenes que no hay imparcialidad en el abordaje de estos temas y olfatean el presumible engaño u ocultamiento por intereses velados.
¿Qué tan diferentes son los Millennials comparados con las generaciones anteriores? Bastante
Gastan dinero en efectivo para procurarse aventuras y nuevas experiencias, y recompensan a las empresas socialmente responsables con las que pueden conectarse y a las que consideran auténticas.
Es sabido que los Millennials están dispuestos a comprar alimentos orgánicos, productos frescos y bienes ecológicos, y si para ello pueden reducir en todo lo posible el impacto ambiental, mejor todavía.
Prefieren destinar la mayor cantidad de sus ingresos en frutas frescas, elaboraciones naturales o de producción orgánica, y menos en artículos de lujo, gaseosas, comidas hipercalóricas, transporte, o accesorios de vestir.
Después de todo, no debería sorprender tanto la idea de que abracen una suscripción a Netflix o Spotify, una manera de consumo personalizada en streaming más económica y ecológica que las convencionales, en tanto descreen de la institucionalidad consagrada, incluida la democracia.
¿Periodistas en jaque?
“Acaso la mala prensa que tienen los Millennials entre la prensa sea la causa de la mala prensa que tiene la prensa entre los Millennials.
Poco menos de la cuarta parte de los Millennials habitualmente conectados dice que abriría su billetera (virtual) por una suscripción paga para leer noticias en línea.
Y aún más preocupante, los medios periodísticos son considerados el grupo con menor influencia sobre los hábitos de los consumidores de contenidos digitales encuestados.
Para la Generación Y y sus sucedáneas, las marcas y los motores de búsqueda son los factores que más inciden en sus consumos de medios.
Los productores, editores y distribuidores de noticias tal vez se sientan decepcionados –y en parte tienen razón– aunque la verdad es que no han sabido actualizar convenientemente sus productos, sino más bien han corrido a la saga en su intento de imitar a quienes hacen la punta.
Quizás, como aseguran los expertos del WEF, “todo lo que usted piensa que sabe sobre los Millennials está equivocado”.
Si uno va a creer en los titulares de la prensa, nunca ha habido una generación más retraída que la GY: los Millennials, nos dice el periodismo “especializado”, son perezosos, cuando no vagos; pero ¿es eso cierto?
De acuerdo con los datos del WEF, nada está más lejos de la verdad.
Mientras entre la población en general, los adictos a trabajar a destajo no alcanzan al 30%, más del 43% de los Millennials son auténticos “mártires del trabajo” y, más aún, son obsesivos con el cumplimiento de los propósitos que se plantean, con el rédito tangible de su actividad, y con el uso del dinero que ganan.
Acaso la mala prensa que tienen los Millennials entre la prensa sea la causa de la mala prensa que tiene la prensa entre los Millennials.
¿Y la publicidad, qué?
“La publicidad en línea tiene una aceptación más favorable a medida que aumenta la edad de los usuarios.
Los Millennials también son mucho menos afectos a hacer clic en anuncios digitales de cualquier tipo.
Si bien los avisos en línea (que se introducen como parte de una búsqueda en Google o una reproducción en YouTube, por ejemplo) son una opción accesible para los Millennials con un 60% de respuesta, la precedente Generación X los supera en más 11 puntos porcentuales.
La publicidad en línea tiene una aceptación más favorable, con tasas de clicks consistentemente más altas para avisos digitales de todo tipo (inclusive para anuncios en banner, los malos de la película) a medida que aumenta la edad de los usuarios.
Mientras 7 de cada 10 miembros de la Generación X harían clic en anuncios de banner, la mitad de todos los Millennials del grupo más activo no.
Tomando en conjunto los resultados de los contenidos pagos y los contenidos publicitarios insertos en medio de los contenidos gratuitos, para todos los grupos de edades, tanto la voluntad de pagar como la voluntad de hacer click en la publicidad es proporcional a las horas diarias que dedican consumir medios digitales.
La comunidad empresarial global sufre el desafío de los nuevos actores que quieren cambiar el mundo, y los resultados se hacen notorios.
Mientras las generaciones mayores se han preocupado por generar más ganancias, los Millennials centran sus objetivos de negocio en el impacto social.
En parte se trata de una causa altruista, aunque en lo profundo se asienta en una visión de más largo plazo que les permita vivir un futuro viable.
Más del 40% de los jóvenes del presente piensa que el sentido –la razón de ser– de la sociedad es uno de los criterios más importantes al considerar cualquier oportunidad de progreso.
Los malos de la película
Si hay unos actores que a los Millennials no les gustan ni un poco, son los grandes bancos; la industria financiera se presenta como una de las áreas críticas, potencialemente más susceptibles a ser revolucionadas por los jóvenes de hoy.
Los bancos cooperativos, las entidades comunitarias, pero también los grandes tiburones de las transacciones digitales parafinancieras (como E-Bay o, en nuestro medio, Mercado Libre) sacan provecho de esta desconfianza y refuerzan sus ofertas de tecnología, redes sociales, banca móvil y servicios al cliente.
La penetración de estas plataformas, surgidas inicialmente como sitios de compraventa entre particulares, en la gestión de movimientos de dinero para cualquier finalidad, les permite gestionar alianzas estratégicas colosales, por ejemplo con el comercio minorista a pequeña y gran escala (Walmart Argentina, por dar un caso, sólo opera en línea con el servicio de Mercado Pago).
La publicidad debe tomar nota y obrar en consecuencia si no quiere perderse la gallina de los huevos de oro orgánicos en expansión exponencial.
La encuesta del WEF abarcó a unos 5.000 usuarios de medios digitales en:
- Estados Unidos
- Alemania
- Sudáfrica
- Brasil
- China
- Millennials (GY-GZ): personas nacidas entre 1985 y 2004.
- Generación X (GX): personas nacidas entre 1970 y 1984.
- Baby Boomers: personas nacidas entre 1955 y 1969.