“San Jerónimo” –en italiano, “San Girolamo”– es una pintura inconclusa realizada al temple y óleo sobre tabla por Leonardo da Vinci alrededor de 1480 que se conserva en la pinacoteca de la Ciudad del Vaticano. Mide 103 cm de alto por 75 cm de ancho y representa al santo en el desierto como un penitente arrodillado con un brazo estirado hacia el borde exterior de la pintura y su mirada dirigida hacia arriba mientras se golpea el pecho, lo que transmite a un mismo tiempo su sufrimiento y su espiritualidad; el cuerpo, la expresión del rostro, la inclinación y los huesos remarcados evocan a las esculturas de la Grecia antigua.