¿Sabías que cada 30 de noviembre se oficia en la Argentina el Día Nacional del Mate 2021? Enteráte el porqué de la celebración que honra al ritual más arraigado y difundido de nuestro país, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, pero también del Levante mediterráneo (Líbano, Siria y territorios de Jordania).
Entre mate y mate
“Cuando mozo jué casao, / aunque yo lo desconfío, / y decía un amigo mío / que, de arrebatao y malo, / mató a su mujer de un palo / porque le dio un mate frío.
Martín Fierro
Como el vino, el mate es una bebida nacional que nos identifica ciento por ciento, pero además de un estimulante, ansiolítico y diurético fenomenal, nos proporciona nutrientes esenciales como vitaminas, hierro, potasio, magnesio, tianmina, nos hidrata y serena el apetido, regula el colesterol, ayuda a la digestión y tiene (parece) milagrosos efectos antioxidantes (“anti-age”).
Dicen que durante la Guerra de la Independencia los criollos se hidrataban con el agua del mate, menos contaminada con gérmenes y parásitos que la que consumían sin caldear los europeos.
La pandemia de COVID-19 asestó un golpe muy duro a la costumbre regional (de origen tupí-guaraní, adquirida por la conquista y transmitida por los colonizadores) porque nos enfrenta al dilema moral de que compartir el mate implica transmitir la infección de manera directa.
De nada sirvieron los argumentos de que “el agua caliente mata al virus” o “la servilleta limpia a la bombilla”, y lo cierto es que, como el buey, tuvimos que arreglárnoslas para tomar mate en solitario contra las imprecaciones de los fundamentalistas.
Puestos a pensar, las rondas de mate –incomprensibles para los profanos– son un vicio bastante repulsivo, para nada antiséptico, que aparte se da de lleno con las preferencias y los gustos personales.
Amargo, dulce (con azúcar blanca, negra, quemada, miel o edulcorante), caliente, frío, hervido, tibio, solo, largo, corto, fuerte, suave, lavado, cimarrón, de té, ¡con leche!, con café, con hierbas, con limón, tereré, con cáscaras frutales, acompañado con bizcochitos, con tortitas negras, con tortas fritas, facturas o pastelitos, cebado directo de la pava o del termo en calabaza, porongo, asta o guampa, tacuara, madera, metal, vidrio, cerámica, teflón, plástico, silicona, el mate dice presente donde haya un toque de argentinidad.
Por qué hoy
El Día Nacional del Mate fue establecido mediante la ley 27.117 con la finalidad «de promover el reconocimiento permanente de nuestras costumbres» y homenajear al Comandante Andresito, adalid de la producción y comercialización de yerba mate a principios del siglo 19.
De origen guaraní, nacido en inmediaciones de la hoy ciudad de Santo Tomé (Corrientes) el 30 de noviembre de 1778, Andrés Guacurarí fue uno de los primeros caudillos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El general José Gervasio Artigas lo apadrinó, lo adoptó, le permitió firmar como Andrés Artigas y lo tuvo entre sus más fieles colaboradores.
Como gobernador de Misiones designado por el Protector de los Pueblos Libres, Andresito proyectó el circuito productivo, logístico y comercial de la yerba mate, con los guaraníes (profundamente afectados por la expulsión de los jesuitas en 1769) como principales actores y beneficiarios directos.
Consumo placer
El mate es la infusión que más se consume en Argentina (en un 90% de los hogares, muy por sobre el café y el té) con un promedio de 100 litros/año por persona de acuerdo con el Instituto Nacional de la Yerba Mate.
Existen más de 200 marcas registradas de yerba mate en el mercado alimentario local, y la Argentina tiene su certificado de denominación en origen, lo que brinda protección legal al tiempo que representa el vínculo sustancial de la calidad con la ubicación geográfica de la producción.
Si bien ofrece muchos beneficios para la salud –como el efecto estimulante y las propiedades depurativas y antioxidantes– entre nosotros se toma mate como tradición cultural propia y como forma de interacción social inseparable del ser argentino.
Sólo en 2020, el mercado interno nacional consumió 268,8 millones de kg, en tanto las exportaciones ascendieron a 42,9 millones, lo que totaliza un volumen de 311,7 millones de kg de yerba mate, con una merma del 1,54% respecto a 2019 ocasionada por la pandemia.
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